lunes, 22 de febrero de 2010

DENLE DURO QUE NO SIENTE

Resumen del libro

Titulo: DENLE DURO QUE NO SIENTE, Poder y Transgresión en el Perú Republicano

Autor: Carlos Aguirre

Resumido por: Víctor Raúl Quispe Payehuanca

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DENLE DURO QUE NO SIENTE

Esclavitud domestica en lima 1800 - 1854

Una de las particularidades de la esclavitud, es que esta variaba de acuerdo a la clase social del amo, y las negociaciones de estos con los esclavos variaban en lo concerniente a su vida y su trabajo, así como las circunstancias políticas, sociales y económicas.

Se puede afirmara que la esclavitud era más urbana a pesar de que laboraron en minas, y plantaciones, pero la mayor parte se dedicada al servicio domestico tales como cocineras, lavanderas, amas de cría, doncellas, peones y jardineros; tanto para los sectores medios y bajos, a lo que se sumaban también indios. Estos esclavos estaban con un control más severo.

En el siglo XVIII se contabilizo en lima, más de 11000 sirvientes de los cuales 9000 eran esclavos y el resto castas libres. En el siglo XIX, La crisis económica y política y los cambios que produjeron la independencia de España, así como la clausura de la trata negrera, se reflejan en las características que adquirió esta institución en la primera mitad del siglo, ello genero un notable cambio en la población para 1972, habían 13,483 esclavos que representaban la cuarta parte de la población de lima; en 1812, habían 12,263; en 1818 y 1820 habían 8,589; en 1839 habían 7,922; y para 1845 habían 4,500.

La clara disminución se puede explicar con la guerra de la independencia, aumento del cimarronaje, creciente importancia de la manumisión (liberación), suspensión de la trata negrera; a claras luces una disminución de la oferta de esclavos, lo que genero una agudización de competencia para adquirirlos, aparición de mecanismos tanto para atraer como para retener esclavos, a la vez que estos buscaron obtener provecho de la situación.

Una de las ventajas, fue la de reconocer el derecho a los esclavos a “variar de dominio” lo que ocasiono numerosos litigios judiciales, cabe recalcar que los amos bien podían ganar estos litigios pero no lo hacían por la demanda de esclavos; esto ayudo a los esclavos al aceleramiento de las acciones con miras a su libertad hacia mejores márgenes de autonomía además de mejores tratos en la condición de vida y trabajo.

Es claro que las respuestas fueron ambiguas, para unos era mejor negociar que abusar; para otros parecería que nada había cambiado.

La relación de amos y esclavos variaba ya que iban desde tratos paternalistas con la finalidad de conservar esclavos difíciles de remplazar, hasta situaciones de abuso y coerción, al mismo tiempo amos buenos solían castigar a sus esclavos como era lo mandaba la tradición, así como no necesariamente un amo rico trataba mejor a sus esclavos. Así mismo las ofertas más comunes de los amos para buscar la fidelidad del esclavo eran una rebaja en su precio, oferta de libertad a la muerte del amo.

Por lo tanto como podemos notar ya no se trata de una suerte de coerción sino más bien la de negociación.

Así mismo resultaba difícil para los esclavos no contagiarse con la bullente dinámica de la ciudad tales como la calle, los mercados, cofradías, fiestas de paseos, terrenos fértil para el encuentro con la plebe, por ello algunos de ellos se veían envueltos en robos, los cuales eran castigados; lo que buscaban era mayor libertad con el fin de tener control sobre su persona, su familia y su sexualidad así como gustos y diversiones, aludiendo que tenían derechos, tal es el caso de del derecho a su vida familiar.

Es también conocido el abuso sexual que cometían los amos con sus esclavas, pero de alguna manera estas supieron sacar provecho de esta situación sabiendo que con ello podían conseguir el acceso a su libertad por lo que se probaba ante el juez la presencia del delito de sevicia espiritual, por ello los amos estaban atrapados entre su debilidad y la honorabilidad, de tal forma que las esclavas muchas veces asumían una actitud desafiante para con sus amas, por lo tanto mientras que esta situación era una suerte de bochorno y vergüenza para los amos, para las esclavas era asunto sino de exaltación de conveniente publicidad, de tal forma que gritaban a los cuatro vientos la noticia de dichas relaciones con el fin de conseguir luego su libertad.

Servidumbre de indios en lima migración racismo y explotación

Los sirvientes domésticos, no son una propiedad en el sentido estricto de la palabra, así mismo carecen de alguna norma que este a su favor, el cual es un eje central en cuanto a su protección alguna legislación que le garantizase el no abuso de estas personas; carecían de elementos de resistencia, amenazas de fuga, litigio judicial o la variación de dominio; de esta manera la república afecto la condición indígena, ya que no habían leyes para castigar los abusos, así mismo se generalizo la percepción de los indios como seres inferiores como barbaros, embrutecidos , hipócritas, inclinados al ocio , al vicio y al crimen, sin progreso, sin civilización, a quienes se debía de eliminar.

El autor Charles Walker, nos dice al respecto que no existió, desde tiempos coloniales, un discurso alternativo al racismo ilustrado de elites peruanas hecho que se prolonga. La represión cultural del indio aparece como un requisito en la nación de la construcción criolla. por lo tanto el tipo de sociedad es autoritaria así mismo los lazos paternalistas no deben confundirse con el bienestar y el buen trato; las actitudes tomadas para con el “cholito” iban desde ser considerado o ser tomado como algo entre el mono y el perrito de faldas, unas veces es un animal de sufrimiento como lo afirma Lorente; otra de las desventajas era que eran migrantes andinos de corta edad, sin lazos familiares en la ciudad, así como el idioma, ya que muchos eran quechuhablantes.

La forma para obtenerlos, no es muy clara pero aparentemente llevados por hacendados que tenían como conocidos a “las familias decentes de lima” o aristócratas urbanos, en otros casos migrantes voluntarios, o los encargos que se hacían a quienes viajaban la sierra.

Las tareas a realizar son casi las mismas que realizaron los esclavos en otros tiempos, como la cocina, limpieza, planchado, servicio de mano; pero la de ama de leche continuo siendo exclusivo de las sirvientas negras

Los tratos para con los sirvientes eran muchas veces malas y las sanciones aplicadas para con ellos eran por lo general crueles, la más insignificante falta podía dar pie a un castigo terrible se seguían practicando los azotes a pesar de ser prohibido por la ley, en casi todos los espacios sociales, no faltaban denuncias que decían que los policías, aplicaba azotes a libres y esclavos, mujeres y hombres, grandes y chicos.

“Una caso extremo pero seguramente no inusual fue el de Ramona, una “cholita” de doce años que trabajaba en la casa de Manuel García. Acusada de haber robado doce reales, y “en virtud de los continuados robos de plata” que cometía, el amo decidió castigarla. A las siete de la mañana empezó la paliza, con Ramona amarrada a un palo de la cocina. Al promediar las doce de la tarde Ramona había muerto. Los médicos certificaron el rigor del castigo pues hallaron “grandes contusiones que aparecen hechas con un instrumento muy duro y cuya acción fue continuada a la larga”. En la mentalidad de los patrones, el castigo estaba justificado no tanto por la gravedad del delito, sino por la naturaleza de quien lo había cometido: en medio del castigo, la patrona exclamaba, dirigiéndole a los esclavos que practicaban el castigo: “denle duro que no siente”. Más tarde, una vecina admitiría que la patrona le dijo que “sino moría en el castigo era menester meterle un puñal, porque a los cholos se castigaba así””.

De esta manera no se busca la corrección ni el escarmiento, de esta manera los indios eran considerados incorregibles, para que sufran en carne y hueso la venganza de los poderosos.

un lastre que se sigue arrastrando hasta hoy hacia los seres considerados como invisibilizados, por ser ladrones, prostitutas, niños de la calle; pierden la categoría de seres humanos para convertirse en monstruos, quienes valen poco menos que un perro, de esta manara están propensos a recibir las mayores injusticias de las que pueden practicarse.

Así mismo fugas, robos y faltas eran frecuentes por parte de sirvientes domésticos, las autoridades se manifestaron al respecto, y en febrero de 1849 se emitió un decreto a imponer penas tan graves contra los sirvientes siendo prohibidos de abandonar la casa sin avisar por lo menos con 8 días de anticipación y un castigo de 3 días para aquellos que no acatasen estas disposiciones; más tarde abolida la esclavitud se trato de tener mejor control para con los sirvientes que no preparasen a tiempo la comida con arresto de dos a 4 días y si no fuese a laborar hasta 8 días de arresto.

En diversas ocasiones patrones y sirvientes podían compartir platicas, comida; pero lo que les separaba radicalmente era que desempeñaban distintos roles las faltas se resolvían con castigo feroz; todo esto hacia una instancia mas de conflicto que de armonía y más de abuso que de negociación, en resumen una de las más pesadas penas para nuestra sociedad actual.

Pese a la proclamada de la igualdad republicana era claro que no contaban con los mismos derechos de ciudadanía, e incluso considerados de segunda clase, hasta bien entrado el siglo XIX siguió existiendo en el Perú una legislación que admitía prácticas sociales discriminatorias.

Había penas que irían a aquellos que divulgasen los secretos de su patrón, hecho que no iría para el caso del patrón ya que el si podía divulgar todo lo que veía en sus sirvientes la ley dibujaba a un indio hecho a la voluntad de sus patrones.

el miedo y paranoia se entremezclaron con el odio y desprecio; los debates y conflictos políticos de la república giraron en torno a quienes debería de formar la nación peruana de esta manera el indio siempre estuvo excluido del proyecto nacional criollo. La nación peruana terminaría finalmente construida sobre el despojo cultural de los indios, sus beneficiarios construirían su confort personal sobre las espaldas de los sirvientes domésticos indígenas

Las panaderías como lugar de castigo en lima del siglo XIX

A pesar de los cambios de origen liberal, del siglo XIX, ello significo una clara continuidad, esto con respecto a los mecanismos del delito y otras conductas llamadas desviantes pero para el año de 1850 empezaran a manifestarse transformaciones en el código civil con:

Erección de la penitenciaria de lima 1856; abolición de la esclavitud 1854; abolición de la pena de muerte 1856; el primer código penal de 1862; La creación de la compañía de seguridad pública de la capital 1860.

Persistió el modelo de represión al delito a través del castigo en la mayoría de los casos corporal, de manara disimulada a la ley del talión, esto en contraposición con aquello que se quería enfatizar, aquello como:

La readaptación del delincuente; buscar en la prevención del delito un arma para su disminución

Pero la continuidad en estos temas es clara con:

La existencia de cárceles en las haciendas (ejercicio de justicia privada); el azote; pena de muerte; ejecuciones públicas; trabajos en obras publicas.

Otra clara manifestación es la persistencia de la esclavitud a lo largo de la primera mitad del siglo XIX de esta manera las panaderías cumplían verdaderos centros de reclusión y tormento para castigar a los esclavos indóciles, así mismo son rarísimos los casos de personas libres no esclavos ya que si esto sucedía una rápida apelación podía devolverle la libertad

Tal es el caso de de Hilario, quien fue su madre la que lo encomendó a Carlos Vicenton (ecuatoriano) para que lo educase, pero por el color de piel de Hilario decido entregarlo a la panadería de Melchormalo, pero luego su madre seria la que apele, y Hilario es devuelto a su madre

Otro juez en cambio condeno a Pedro Tudela (libre) acusado de robo con una pena de 2 años de reclusión en una panadería y de esta manera pague a Antonio Sotomayor. Pero la “corte superior revoco la sentencia “considerando que las panaderías no son casas publicas de seguridad, ni en ellas hay funcionarios que queden responsables por los presos” con tal escusa se rebajo la pena a la de un año.

Los esclavos podían ser recluidos en las panaderías por insubordinación delito altanería y cimarronaje, trabajo a desgano y ebriedad o cimarronaje.

Cuando se presentaba el caso de cimarronaje a parte de la recompensa iba incluido la panadería donde debería llevársele.

Las razones por las que se recurría a ellas era por

Precaria constitución de las cárceles ordinarias en lima y su incapacidad de abrigar más esclavos; las cárceles eran inseguras y abiertas a la fuga; que el esclavo o su inversión no se perdiera con facilidad; conseguir el más duro escarmiento.

Así también seguir recibiendo ingresos por parte de su inversión además de despreocuparse por su manutención. De esta manera el panadero ganaba también la escasa mano de obra existente.

Un inventario en una de las panaderías denominada las “Animitas” de la que podemos sacar los distintos instrumentos de tortura después de detallar las distintas partes de la casa llega el cuarto de horno y un cuarto de prisioneros en cuyo interior se encontró tablillas, grillos y grilletes, bragas, cadenas.

En otra panadería llamada “Pescadería” en uno de os cuartos se encontraron 35 pares de grillos dobles, 10 pares de grillos sencillos, 7 anillos sueltos, una par de bragas, una prisión llamada caballito, 7 cinceles, un martillo y un yunque de fierro, 2 cuñas para rayar leña1 mandarria chica, y 19 chavetas nuevas.

Los castigos de los esclavos en estos lugares iban desde torturas azotes, agotadoras jornadas, escaza luz, etc. Lo cual genera tanto trastornos físicos como mentales.

Tal es el caso del esclavo Gabino, ya que fue la esposa de este que acuso al amo de haberle propinado 50 azotes, que lo dejaron con las carnes abiertas, pero la ley solo contemplaba 12 azotes; cuando se pregunto al amo del por qué lo había castigado, se justifico diciendo que le habían robado harina y el único a desconfiar era él, al preguntarle por los azotes con cinismo contesto la ley castiga el numero de azotes mas no el resultado.

De esta manera se convertía a los esclavos mas ariscos, rebeldes, y violentos; tal es el caso del esclavo Manuel Chenet, que en 1838, colocado por su amo en una panadería, denominado “El Puente”, terminado de almorzar, Manuel clavo un puñal al esclavo Palacios, para luego ir y clavar otro al esclavo Pardo, diciendo que si lo iban a condenar por uno que lo hagan por dos, los tres eran esclavos colocados allí por sus amos, luego de ser detenido se le oyó decir que quería que se lo llevaran a otro lugar sea este una cárcel o el mismo infierno, diciendo no quiero estar más aquí.

El objetivo que se perseguía con el castigo era el de apaciguar a los esclavos pero este ocasionaba el efecto contrario, ya que se volvían más duros y violentos; al igual que nuestras cárceles en vez de ser centros de rehabilitación son verdaderas escuelas de violencia.

Las constantes fugas eran evidentes al punto que los amos temían la venganza de sus propios esclavos escapados, pero solo con violencia no funciona una institución así que los amos debían contar con la confianza de otros esclavos, con un trato distinto, para unos un mazmorra mientras que para otros una vida bastante llevadera, con privilegios como propinas, salir a comprar. Ello también dependía del origen de cada esclavo; los del panadero por ejemplo gozaban con mas grado de confianza ya que algunos eran especializados, caporales o mayordomos, estos con un constante ahorro podían comprar su libertad; y los esclavos puestos allí por sus amos con tareas más duras.

Los casos de compra de la libertad a corto tiempo, solo respondía a aquellos eficientes y calificados en un determinado trabajo, de esta manera podían negociar con sus amos en busca de reivindicaciones.

Para el año de 1854 llega la abolición legal de la esclavitud, al paso que aparecen nuevos discursos, que reclaman cambios en la justicia penal, así como la de mariano Felipe Paz Soldán, el cual tubo frutos en 1856, en tal caso ello significaba la libertad para todos aquellos que seguían bajo el mando de algún panadero, pero en la práctica fue distinto algunos serian encerrados por los terribles caprichos de sus amos, a tal punto que se descubrieron tanto negros como chinos encerrados en calabozos.

Silencios y ecos la abolición de la esclavitud, en Haití y el Perú

El año 2004 significo la celebración del bicentenario de la independencia de Haití, y el sesquicentenario de la abolición de la esclavitud en el Perú.

Uno de los más importantes hechos de la historia se produjo en Haití, la primera revolución antiesclavista exitosa que produjo la primera república negra en el mundo, dicha revolución está excluida de los manuales de historia, a la vez que se minimiza el rol de los esclavos y los afrodescendientes que no solo llevo a la abolición de la esclavitud sino que participo también en la historia del Perú.

Las huella de la esclavitud aun están latentes en la discriminación y la marginalización; la esclavitud aun no ha terminado, en lugares como el Brasil y Perú así como también la servidumbre domestica en Perú y Bolivia y los rectavec en Haití.

Haití entre los años de 1791 y 1804, era una colonia francesa caribeña, cuyo nombre era Saint Domingue, es allí donde se produciría una transformación dramática de la historia universal. En el siglo XVIII esta colonia era una de las más ricas ya que era la primera productora de azúcar en el mundo, conocida como la perla de las Antillas, la misma que opacaba la producción de Cuba, Jamaica y Brasil; pero que sumadas sus producciones equivalían a la Haití; así como también producía más de la mitad del café del mundo.

En 1789 ocurre la revolución francesa y sus ecos no tardaron en llegar a las colonias caribeñas, de esta manera Francia expande derechos a los habitantes blancos de las colonias caribeñas, lo que dará como resultado una masiva insurrección de esclavos, con la quema de plantaciones y asesinatos de funcionarios blancos; después de proclamada la república en el año de 1792, ante las diversas revueltas el enviado francés Shontonax proclama la emancipación de los esclavos, mientras que en el año 1797 Toussaint Loverture, esclavo destacado de la revolución, es nombrado gobernador general de Saint Domingue. En donde se elimina cualquier forma de esclavitud o de discriminación racial.

En el año de 1802 Napoleón, restituye la esclavitud, y es su cuñado Le Clerc el enviado para terminar con los rebeldes, pero es derrotado por Toussaint, el cual es sacado y llevado a Francia donde muere en prisión el 07 de abril de 1803.

Pero otro esclavo Jean Jacques Dessalines, es quien proclama la independencia de Saint Domingue, con el nombre de Haití; el 01 de enero de 1804 se proclama su república, en donde todos sus habitantes fueron considerados ciudadanos sin importar el color de la piel.

Así como Haití hubieron otros pueblos que cantaron también la marsellesa, que no solo ponían en cuestión la explotación, esclavitud y también el sistema mental y filosófico, de que la población estaba condenada a servir al hombre blanco; por ello constituye uno de los acontecimientos más relevantes de la historia universal.

El autor haitiano, Michel-Rolph Trouillot llamo a esta revolución la “Revolución Impensada” ya que pocos concebían la idea de que una revuelta de negros, en una colonia caribeña pusiera fin a la esclavitud, después de desatada la revolución muchos pensaron que la revuelta no duraría mucho.

De esta manera los rebeldes haitianos no solo se enfrentaron a franceses, ingleses y españoles, a quienes los derrotaron sino que también, a una concepción del mundo y la humanidad que les negaba ese derecho de ser libres, de esta manera cada vez de que hablaban de hombres estos debería de ser blancos y europeos tal es así que los derechos solo existían para ellos, de esta manera los grupos no blancos eran colocados en el nivel más bajo de la jerarquía social.

A pesar de las conquistas de grandes ilustrados como Diderot y Raynal, que se consideraban amigos del negro, pedían la abolición de la esclavitud, pero esa libertad debería ser limitada, sin el reconocimiento del derecho de una autodeterminación; así que las igualdades reclamadas no podían y no debían alcanzar a los negros, ya que estos jamás podrían ser sus iguales.

Es importante señalar que el impacto de la revolución francesa fue decisivo pero no explica totalmente la revolución haitiana, ya que no fue la única colonia esclavista a la que llego los ecos de la revolución francesa y decir que la revolución haitiana es un producto de la revolución francesa es admitir que los negros no eran capaces, pero de lo que si se apropiaron fue de los principios que animaron la revolución francesa. La revolución haitiana es una de las revoluciones más violentas de la historia, que logro poner de cabeza los paradigmas europeos vigentes sobre raza, colonialismo y esclavitud.

Haití mostro a los esclavos que las cosas no eran tan inmutables como les habían hecho creer.

El autor propone que una de las razones por las que prime el silencio de Haití, es quizás porque desafío la estructura social y global y los esquemas mentales que se constituían como intocables la persistencia del racismo, la esclavitud y el colonialismo exigían que se silenciara el movimiento, que lo llego a desafiar exitosamente.

Pero a la vez hubieron voces que ayudaron a mantener viva la memoria tal es el caso de un escritor, norteamericano, Frederick Douglass quien recordaba que la libertad que disfrutan los negros en las indias occidentales y en el mundo se la deben mas a Haití que a cualquier otra sociedad, o movimiento abolicionista

Impacto en Hispanoamérica

Haití causo miedo y esperanza, a tal punto que José maría pando alertaba el peligro y la falta de control para los esclavos; en cuba se sintió el impacto casi de inmediato pero la avaricia de los plantadores iba más allá.

El acceso a la noticias para los esclavos era clandestino y no exento de riesgo, muchos contentos con escuchar de oídas lo que leían o comentaban sus amos, así como otros que sabían leer, la transmisión de noticias era por vía oral, los ecos llegaron a:

Guaira, puerto venezolano, en donde se detuvo a varios esclavos por cantar la marsellesa.

En Jamaica apenas desatada la revolución, ya interpretaban canciones acerca de Haití.

En Santo Domingo un esclavo acuso a sus pares de ser unos pendejos por no hacer nada cuando en la vecina colonia francesa se estaba matando blancos.

En Trinidad en 1804, se reporto una parodia de misa hecha por esclavos, que decían: el pan que comemos es la carne del hombre blanco.

En rio de janeiro en 1805, se reporto a negros que llevaban en el cuello medallas con el retrato de Dessalines.

En barbaros en 1816, esclavos rebeldes planearon prenderle fuego a las plantaciones como en Haití.

Independencia y libertad

En la América hispánica los hechos en favor de la independencia, se confunden con el periodo en que empieza a desmoronarse el edificio esclavista.

La independencia de Haití 1804, la invasión napoleónica a España 1808 y la formación de juntas de gobierno en 1810.

Así los criollos usaron las metáforas relacionadas con la esclavitud, cadenas de opresión para referirse a la situación colonial que ellos impugnaban, esta era entendida de diferente forma por los esclavos, a favor de su libertad, de esta manera terminan mesclados con los esfuerzos a favor de la independencia, de las poblaciones hispanoamericanas.

Hablar de esclavitud no es lo mismo que hablar de independencia.

Abolición de la esclavitud

A diferencia de Haití el Perú no era una sociedad esclavista, ya que la proporción de esclavos era muy inferior, a la misma Haití, cuba o Brasil, y el aporte económico si bien importante, no representaba intereses vitales para la economía peruana; pero era símbolo de prestigio social de esta manera tratar de eliminarlo era visto como un ataque a la propiedad y el orden social.

Por ello no existía en el Perú un movimiento abolicionista sostenido

Entre los años de 1800 y 1854 se produjo un proceso gradual de desintegración de la esclavitud así como la posterior abolición definitiva por ramón castilla el 3 de septiembre de 1854.

San Martin años antes había decretado la libertad de los esclavos en buenos aires y chile y al llegar al Perú prometía libertad a cambio de la incorporación de estos a su ejército libertador, al igual que Bolívar, que recurrió a ellos para fortalecer su ejército como el mismo sostenía “necesitamos de hombres robustos y fuertes acostumbrados a la inclemencia y a las fatigas de hombres que abracen la causa y la carrera con entusiasmos de hombres que vean identificada su causa con la causa pública y en quienes el valor de su muerte sea poco menos que el de su vida”

Poco después de la proclama de la independencia del Perú, San Martin decretaría la libertad de vientres, a sabiendas de una clara oposición de los propietarios. La manumisión de esclavos se acelero notablemente en el periodo posterior a 1821.

Otro camino para la libertad, fue el cimarronaje el cual también se agudizo al escapar de un amo abusivo se enrolaba al ejercito de la independencia.

Así el bandolerismo y la violencia fueron un duro golpe para el orden interno en haciendas y camino.

De esta manera las autoridades recurren a todo lo que este a su alcance como ejecuciones sumarias, y otras formas de violencia; a tal punto muchos bandoleros eran capturados y ejecutados inmediatamente tal es el caso de Manuel Masombrio “Ignacio Page” a quien se le machuco la cabeza con una piedra hasta matarlo.

Otro caso es el de 7 salteadores de una partida de 25, a quienes se asesino sin miramientos al intentar fugar.

Además del caso de “Animita” cuyo cuerpo se colgó en la puerta del edificio de la policía en febrero de 1829, a pesar de las medidas draconianas con que se enfrentaba el desafío de bandolerismo, poco se pudo hacer para contenerlo.

Como en otras sociedades hispanoamericanas, los negros vieron en el recurso legal y la ayuda de intermediarios legales como procuradores y defensores de menores y sobreponiéndose a las desventajas derivadas de su condición, de esta manera los esclavos llevaban a cabo una tenas batalla en la que los amos fueron obligados a combatir y en ocasiones a negociar y conciliar, de esta manera los esclavos vieron en el litigio una herramienta poderosa. Por ello podían recurrir a variación de dominio, reclamar reconocimiento de una carta de libertad, solicitar su justa tasación con el fin de saber el precio que debía pagar, demandar derechos aciertos derechos adquiridos, defender el matrimonio y la familia, poner por encima toda la idea de libertad igualdad que decía traer la república.

Un alegato presentado por el defensor de menores en donde una ama de un esclavo afirma que su propiedad y que la libertad es solo privilegiada; de esta manera el defensor de menores afirma que la libertad es inherente al hombre y también a todo animal, y que en un principio se tenía a los esclavos como cosas pero que las leyes le han declarado por personas humanas.

Todos estos alegatos clavan en el nervio mismo de los argumentos pro esclavistas, de esta manera no solo recurrían a lo legal sino que además a mecanismos extralegales como fugas y chantajes.

De esta manera no suena trillado afirmar que la verdadera campaña abolicionista en el Perú la dieron los propios esclavos, y sus defensores legales antes, que ideólogos liberales que tardía y tímidamente empezaron a reclamar, al ir corroyendo la solides de la institución y reduciendo progresivamente el grado de control y que fueron no victimas pasivas de la opresión, no como el caso de Haití claro, pero si a través de otros mecanismos.

Algunos de ellos trabajaron, ahorraron y compraron su libertad, otros fugaron de la casa del amo, utilizaron tribunales como herramientas de presión, se sumaron a las partidas de montoneros y bandoleros, y se alzaron en armas cuando las circunstancias así lo exigían.

El caso de Haití y el Perú si bien son diferentes pero el actor es el mismo, de esta manera agradecerle mas mucho mas a aquellos esclavos negros anónimos y menos a castilla.

La penitenciaria de lima y modernización de justicia penal

La penitenciaria es el resultado de la necesidad de un control social más severo, antes que de un compromiso humanitario y reformista, así mismo la reforma del delincuente en las penitenciarías evitando la violencia y crueldad fue un fracaso en el Perú, en lugar de disminuir el uso de violencia, se incremento tanto el racismo como el autoritarismo.

Es claro que después de la caída del colonialismo en el Perú se inicia un periodo de inestabilidad política y social y la escasa legitimidad del nuevo régimen así como falta de respeto por la autoridad y la ley.

La participación por la luchas de la independencia genera contra los lideres criollos patriotas el temor de una revuelta social, tal es el caso de las montoneras compuesta por campesinos, peones, arrieros o esclavos fugitivo, estas significaron desgracias para los hacendados, también los esclavos agrícolas fueron un grupo inestable, a la vez que se incremento el cimarronaje, el bandolerismo, de esta manera los amos veían la arrogancia, desobediencia de los esclavos resultado este ultimo intolerable; los esclavos fugados, manumisos fueron remplazados por peones, libres y yanaconas; esclavos, alquilados y jornaleros.

Así la expresión de diarios no se hicieron esperar, uno de ellos “la verdad” demandaba una especie de profilaxis (limpieza) social, para erradicar conductas indeseables.

Todas estas conductas de delito y desorden, motivo la adaptación de medidas represivas, y una de las medidas tomadas en 1823 decía que todo robo por encima de dos reales sería castigado con pena de muerte, otra de las medidas tomadas fue la de restituir el “tribunal de la acordada”, una institución colonial bastante severa para controlar el crimen.

Y el 17 de marzo de 1821, el reglamento provisional otorgado por el nuevo gobierno independiente, dispuso que las leyes coloniales, incluyendo normas penales contenidas en el código de las 7 partidas, la novísima recopilación de leyes de indias, y otros códigos coloniales, conservaban su validez, excepto cuando se oponían a los principios de independencia y libertad, así mismo algunos elementos fueron rechazados por legisladores y abogados influenciados por reformas, así la pena de muerte estaba presente en este periodo, y a la vez que fue usado ampliamente en periodos de inestabilidad social.

La discriminación y el racismo estaban presentes, ya que se creía que las clases superiores estaban inclinadas al progreso y las inferiores inclinadas a la barbarie y el crimen y a pasar del discurso tímidamente liberal prevalecía el discurso autoritario y excluyente de la ideología conservadora.

Las instituciones en las que se recluían delincuentes, eran tres, que servían como prisiones o lugares de reclusión transitoria, el presidio de Casas-Matas en la fortaleza del callao; la cárcel conocida como “carceletas”, dentro del antiguo edificio de la inquisición; la cárcel de policía, o deposito de Guadalupe, dentro de la intendencia, en el antiguo convento de Guadalupe; y otros, cuarteles policiales y militares, y otra en la isla de San Lorenzo donde se enviaban criminales esclavos a cortar piedra.

La falta de interés, por lugares más dignos, con mejores condiciones de vida, respondía a la falta de recursos económicos, ausencia de sentimientos humanitarios frente al detenido, además la confianza de grupos dominantes a la severidad y crueldad de castigo privadas y sanciones crueles, justificadas para sus tratos por ser considerados irreformables.

Poco se hablaba de reforma, pero en 1827 hubo un pedido para instalar talleres, en la “carceletas”, para hacer trabajar a los presos, e director de dicho lugar consideraba que no había fondos; el telégrafo, un diario, hablo de algo similar en una de sus páginas; así presos, vagabundos, mendigos y viciosos se verían en la necesidad de trabajar, esto sería administrado por privados, de esta manera se vio suplida la necesidad de mano de obra para los obrajes, panaderías, minas, obras publicas además de islas guaneras.

El objetivo de reformar debería ser castigar el delito procurando pero al mismo tiempo la recuperación del delincuente para la sociedad.

Por ello la disposición tomada para la elaboración de la penitenciaria de Lima respondía a una serie medidas como: la terrible situación de las cárceles, así como condiciones terribles para los reos, denunciado por el juez de Cajamarca, Mariano Felipe Paz Soldán; la seducción de los modelos foráneos sobre las elites limeñas; la búsqueda de la eficacia en el control del delito, y preocupaciones por la debilidad de las instituciones penales. De esta manera las elites limeñas hacían alarde de modernidad, por ello si no lograban serlo al menos deberían parecerlo.

Todas estas medidas no se hubieran podido lograr sin la disponibilidad del guano.

De eta manera Paz Soldán fue enviado a evaluar la los sistemas penitenciarios de Auburn y Philadelphia ; el primero era un sistema de asociación diurno y separación nocturna, con énfasis en el trabajo productivo, y hacer funcionar la penitenciaria como fabrica; el segundo en cambio estaba destinado a un aislamiento de día y de noche, separado tanto del mundo externo además de cualquier otro interno y el de portar mascara al salir de su celda, también la religión formaba parte de la retorica de sujeción.

La creación de la penitenciaria de lima se llevo a cabo en 1856, con claras miras a su ubicación, seguridad y ventilación, con el fin de contar con un local limpio, ordenado, y controlado, de esta modo la severidad debería empezar desde la apariencia externa se tomo el modelo de Auburn pero del de Philadelphia, se tomaron algunos elementos como la instrucción religiosa, charlas morales, con patrones de silencio, obediencia y trabajo.

Además de ello se instalarían talleres con el propósito de enseñar la disciplina laboral, como fabrica de hombres, transformación de personas desordenadas en trabajadores disciplinados, pero todo ese fantástico porvenir imaginario fue remplazado por un profundo desencanto, ya que los resultados esperados pronto se verían truncados.

En el año de 1862, habían solo 53 internos, 35 de ellos hombres y 18 mujeres; un mes después 62 siendo no muchos aun ya comenzaban los problemas ya que los mismos presos llegaban embriagados con el permiso de los encargados, de esta manera se resquebrajaba la estricta disciplina y el control, así también fue víctima de un ataque externo por grupos armados.

La sobrepoblación y las condiciones empeoraron así como la falta de ropa; la muerte de 26 presos, 14 de ellos muertos por tisis pulmonar, por las pésimas condiciones sanitarias.

El 09 de diciembre de 1866 se descubrió un motín de fuga, el resultado de la inspección fue 10 celdas con forados, instrumentos de los talleres, así los castigos iban desde los encierros en los calabozos subterráneos hasta la suspensión del alimento y los baños de lluvia.

Antonio Noya un nuevo director, afirmo que no es lo bonito de las paredes sino poner énfasis en el castigo que debe infringirse, para contener el problema.

Otro director Jesús Bautista, informo de un nuevo motín, en donde 23 internos se revelaron pero fueron reducidos con ayuda militar, externa, de esta manera el director fue autorizado de azotar a los lideres y se defendió de quienes lo acusaron de crueldad aludiendo que si en el hogar y las escuelas se azotan porque allí no.

Casi desde su nacimiento la penitenciaria de lima fue un lugar de violencia y sufrimiento.

Un nuevo intento de fuga esta vez fue sancionado con la separación de los cabecillas y peligrosos delincuentes, a la isla de san Lorenzo a cortar piedra.

En el año de 1890 un informe del presidente de la junta inspectora, que afirma que los reos tenían contacto físico con los visitantes, además carencia de zapatos, ropa y alimento; así mismo consumo de alcohol y juegos por culpa de los contratos privados en la administración de talleres. Son claras luces de que la penitenciaria no funcionaba como institución para reformar delincuentes.

La construcción del delito del siglo XIX

“La gaceta judicial” del 24 de agosto de 1861, se manifestó con un artículo de Gabriel Gutiérrez, “la situación moral”, hacia un interpretación de la situación de lima que no iban como incidentes aislados sino como amenaza a la sociedad, que exige respuestas rápidas y enérgicas por parte del estado.

Una clara exageración de este personaje, en donde el delito se presentaba como una manifestación propia de las clases populares, de esta manera los delitos de las clases decentes eran raramente mencionadas. Y la manera de enfrentarlos se convirtió en un ideal tanto de intelectuales y políticos.

Las posiciones conservadores expresaron similar preocupación lo vieron como respuestas a la decadencia moral y desorden social.

De esta manera Gabriel Gutiérrez planteo una serie de explicaciones en un artículo suyo en donde sostiene:

Que las guerras civiles, han corrompido las costumbres, destrozos en las haciendas además de la agricultura, engendrar odios, alejar la esperanza del orden, así las calles y caminos se llenaron de malhechores; de esta manera el consumo de alcohol, juegos de azar pedían un castigo con más severidad; la búsqueda de riquezas y lujos por parte de las clases medias y pobres, ya que ellos querían vivir como ricos, y que por lo tanto lo que más consumían eran productos de importación lo cual malograba el mercado local; otra era la abundancia de festividades en las que se perdía tiempo; así mismo la falta de educación; y también la abolición de la esclavitud, influye en la criminalidad, seres abyectos de razón embrutecidos, no tenían ni idea de sociedad se lanzaron a las calles al robo y al puñal; además de la abolición de la pena de muerte en 1856, recibido como impunidad por parte de los delincuentes, el cual según él es inoportuna. Toda esa serie de reformas de libertad debieron equilibrarse con el respeto que garanticen derechos de la sociedad, el proteger la vida del criminal es condenar a muerte a la sociedad; otro punto del caos es la deficiencia de la justicia, demora e irregularidad; así como también las cárceles que sirven para corromper; todas estas explicaciones responden a un carácter totalmente autoritario y conservador.

Otras críticas tan acérrimas, como la de Felipe Barriga con el pseudónimo de “Timoleón”, no se hicieron esperar, decía de la esclavitud, en donde un ejército de 20,000 libertos, iba a invadir lima, no habiendo más remedio que exterminarlos.

La imagen del esclavo estuvo relacionado con la del delincuente incluso antes de la abolición por lo tanto muchos decían que el esclavo no merecía la ciudadanía plena ya que carecían de moral y de valores.

La pena de muerte que existió en la colonia, quedo abolida en la constitución de 1856, que para Manuel Atanasio Fuentes, seria la eliminación del pequeño resto de seguridad, de esta manera los miedos parecían materializarse, con las protestas de 1858 de artesanos de lima y callao, con tres días de violentas protestas, por la importación de productos que los afectaban, según algunos observadores esta ocasión la aprovecharon delincuentes vagos y sectores marginados, un defensor tenaz de la pena de muerte fue el clérigo conservador Bartolomé Herrera.

En el año de 1860 el Congreso discutió una nueva constitución para el Perú, y se reabrió la pena de muerte. José Silva Santisteban, defendió su abolición el cual estaba persuadido de que los delitos eran frutos de la vagancia, falta de medios de subsistencia, el estallido de alguna pasión, los remedios estaban en dar trabajo perseguir la ociosidad y brindar medios para vivir honradamente.

Antonio Arenas por su parte, defendía la pena de muerte ya que este incremento la criminalidad y proteger la sociedad de aquellos que violan la ley. Por ello en el año de 1860 se restableció la pena de muerte pero solo para casos de homicidio calificado.

El más destacado defensor de la abolición, fue el pensador liberal, Francisco de Paula Gonzales Vigil en 1862, sostenía que la reforma del delincuente y no el exterminio debería ser el objetivo último del castigo, propuso la prisión como mecanismo punitivo por excelencia; tal situación es una clara lucha entre conservadores y liberales.

Las elites modernizantes, convencidos de que los sectores estaban moralmente incapacitados, para ejercer sus derechos, y carecían de la sensibilidad, la educación, la laboriosidad y la inteligencia, necesarios para empujar al país por la ruta del progreso, de esta manera las elites modernizantes acometieron con más proyectos autoritarios antes que democráticos, y más excluyentes que tolerantes.

Mujeres delincuentes, practicas penales y servidumbre domestica en lima, 1862 – 1930

La penología positivista del siglo XX no afecto a todo el sistema carcelario en general, por ello el estado peruano dejo en manos de órdenes religiosas el caso de mujeres, menores de edad y el reformatorio para niñas; de esta manera estas instituciones se usaron como una especie de fábrica de sirvientas domesticas, esto por el mercado laboral, y las creencias difundidas sobre roles propios de las mujeres de clase baja; las encargadas de tratarlas eran generalmente mujeres de clase alta, con el fin de emplearlas como sirvientas domesticas de las familias decentes, además de la supervisión y el control una vez empleadas.

Se creía que las mujeres por su condición más apacible y menos violenta; era menos probable de que participaran del comportamiento criminal, por lo que eran vistas como dóciles y reformables, así mismo el control que sobre ellas recaía no debería ser militar, sino el de consejo, protección y ternura, además de que la religión debería influir sobre ellas.

Una de las características de las mujeres de clase alta y media defines del siglo XIX por lo general subrayan su personalidad dulce, inteligente, encantadora, amorosa dedicación a las obligaciones domesticas y la maternidad, en contraposición a las mujeres de la plebe, de ascendencia indígena y negra retratadas como inmorales, propensas al alcohol, el vicio, y la prostitución, en esta explicación hay una manifestación implícita, en donde el hombre está por encima de la mujer, así mismo si la mujer rompía esos cánones, ocasionaba disgusto y condena entre los miembros de la sociedad decente.

Esta manifestación de las mujeres indias y negras quizás sería, porque ellas no tenían la obligación ni la necesidad de aparentar alcurnia.

Por ello las mulatas eran vistas como robustas, fuertes, decididas en la bebida, bailaban montaban a caballo, travesaban abiertamente con los hombres; no solo era considerado impropio sino que desafiaba el papel normal de ama de casa y madre amorosa.

El papel de la mujer no ocasiono comentarios quizá por su presencia casi nula, pero la excepción fue la prostitución, que recibía la atención de criminólogos e higienistas, fueron presentadas como víctimas de la desventura, la ignorancia, y la falta de trabajo, y la explotación de proxenetas, y los observadores optaron por controlar y reglamentar pero no la de erradicar.

Las mujeres al cometer un delito cometían dos violaciones, el de los mandatos de la ley y el de las normas de feminidad; un reportero del comercio decía que los crímenes de la mujer eran doblemente repelentes por la naturaleza del delito y otra por que lo había hecho una mujer de quien solo se puede esperar amor y timidez.

De la cárcel al convento

A mediados del siglo XIX las mujeres delincuentes, sentenciadas y procesadas, eran puestas en la cárcel de Guadalupe, en el convento del mismo nombre; en tanto que aquellas condenadas a la penitenciaria eran colocadas en una sección separada de los hombres, la labor realizada por ellas sería el planchado y lavando no solo para el publico sino que también para empleados y reclusos. Esta podía albergar hasta 52, reclusas pero no llego a llenarse, tal es el caso, que en 1877 habían 23 penitenciadas, y en 1881 llegaban a 19.

En 1871 se inauguro un institución semioficial de confinamiento para mujeres, la casa correccional del Buen Pastor, y en 1869mujeres de clase decente reunidas en la sociedad San Vicente de Paul solicito a gobierno traer monjas francesas de la congregación del Buen Pastor para la administración, de esta manera se pondría a su cuidado reclusas como penitentes, arrepentidas de su comportamiento, además de jóvenes incautas y desvalidas, así como delincuentes sentenciadas a encarcelamiento, así también se aprobó que ingresaran a la casa voluntaria o a la fuerza, según voluntad del marido, padres o patrones.

Por la regeneración, con un trato mas cristiano, de esperanza sacramental, y la palabra divina, que otorgaba la casa religiosa del Buen Pastor según las damas de San Vicente, y según el arzobispo Manuel Tovar, las reclusas encontrarían la rehabilitación al igual que magdalena. Y en el año de 1871 se crea la congregación del buen pastor.

Y en el año de 1881, las reclusas de la penitenciaria fueron trasladadas a la cárcel de Guadalupe, pero en 1891 todas las prisioneras de Guadalupe, fueron trasladadas, a la prisión del convento de Santo Tomas.

La cárcel del Buen Pastor

En 1871 llega la primera cohorte de hermanas, para ocupar el edificio ruinoso de de la casa de los ejercicios espirituales, siendo esta la primera prisión femenina de Lima.

En 1875 después de la inauguración, tenia 44 penitentes, y 48 jóvenes, dicha casa ocasiono una serie de disputas, a la vez fue criticada por juristas, ya que funcionaba como centro de detención sin supervisión oficial, y que no permitían visitantes o comisiones oficiales para que examinen sus instalaciones. De esta manera el diario judicial lo denuncio como prisión sin autorización legal señalaba que las mujeres colocadas allí eran puestas con nombres falsos y con razones de venganza, codicia y odio.

En una memoria del subprefecto en 1891señalo que victimas de esos abusos eran mujeres, siendo el ser débil y digno de compasión y que se le estaba encerrando entre los muros de un claustro quizá para toda la vida, sin previa sentencia judicial, y ese mismo año el prefecto visito la casa señalando que no hallo en el lugar ninguna prisión para mujeres, además informo de que la madre superiora no estaba dispuesta a brindar ninguna información, de esta manera la casa del Buen Pastor viene hacer un estado dentro de un estado.

De esta manera un reglamento dado en el año de 1896 en el cual se establecía que instituciones como la del Buen Pastor deberían funcionar bajo la supervisión de funcionarios estatales, y prohibiéndoseles recibir convictas, quienes deberían enviarse a la prisión de Santo Tomas, pero si podían acudir mujeres que necesitasen refugio, menores de edad confinadas y mujeres en espera de su divorcio.

La inspección de 1921 hecho por el presidente de la corte suprema, confirmó que allí se retenía a mujeres adultas y menores de edad sin autorización algunas enviadas por sus maridos, hermanos, u órdenes eclesiásticas.

Solicito al ministro tomar medidas pero alabo a las monjas por cumplir con la instrucción religiosa; después de ello nadie hablo más de dicha casa.

La casa del Buen Pastor era usado como lugar de confinamiento privado la usaban particulares y autoridades para privar de la libertad a esposas, hijas, hermanas, y criadas domesticas traviesas, las actividades de la casa eran toleradas y el estado hizo poco por impedir, limitar y supervisar estas instalaciones.

La cárcel de mujeres de Santo Tomas

Fue inaugurada en 1891dentro del convento del mismo nombre creada para las “enjuiciadas”, quienes esperaban ser juzgadas; y las “rematadas” o “penitenciadas” las que ya habían recibido sentencia. Luego se añadió una “comisaria” donde se retenía a ebrias y escandalosas, por periodos de 24 y 48 horas, estas laboraban en la elaboración de cortinas y alfombras para la prisión.

A cargo de esta situación estaban las madres de la orden terciaria de San Francisco de esta manera el personal estaba distribuido de la siguiente manera 1 portero, guardias, 1 sirvienta, y caporalas, prisioneras con tareas, con un régimen de recompensas y castigos, con privilegios para el primer caso menor carga laboral, leer libros, comprar artículos, escribir cartas, recibir visitas; mientras que para el segundo caso podía llegar hasta la reclusión en celdas de aislamiento.

La mayor parte de reclusas en 1893 eran indígenas, negras y en menor cifra blancas; algunas mujeres sentenciadas por robo como los casos de Agustina Pérez y Enma Villegas (sus hermanos y un cerrajero); otro caso el de Nicolasa Villegas conocido por el parte policial como reincidente, incorregible, y desnaturalizada, sentenciada a tres meses en santo tomas; otro el de Zoila Escardo “pata de yuca” por conducta escandalosa, ebriedad, prostitución ilegal, insultar a un policía; otro caso el de Norberta Ribera “la monjita” vista como ratera incorregible.

Santo Tomas albergaba una gran gama de malhechoras, borrachas y asesinas, sentenciadas y no sentenciada, limeñas y provincianas, solteras y casadas, por lo que se las mantenía juntas por ser mujeres.

En esta institución también se abrió una escuela correccional de menores, con faltas como robo, juegos de azar, prostitución, vagancia, mendicidad y subordinadas contra sus padres; para el año de 1898 eran 32 pupilas, en 1902 eran 150 pupilas, en 1909 eran 200, para 1929 eran 355 a finales de este año quedaron 154 pupilas, de las cuales 211 sostuvieron que eran sirvientas domesticas, se les impartía educación religiosa, oración, clases de moral; efectuaban labores como limpieza y cocina, así mismo en actividades lucrativas para la prisión como la elaboración de cigarrillos y cajas de cartón; si bien se caracterizaba por su orden, disciplina y obediencia; en muchos casos las hermanas rehusaban entregar a las pupilas a sus padres o tutores aludiendo que aun no estaban corregidas y que presentaban mala conducta o inclinaciones al vicio.

Las madres y reclusas, pertenecieron a mundos y clases diferentes; parece cumplir el mismo rol que el Buen Pastor en la fabricación de sirvientas domesticas, la mayoría no eran mujeres encerradas por sus familias sino por sus patrones y las que no serian colocadas igualmente en una familia decente; la sociedad del patronato era una institución con el fin de supervisar los derechos tanto de detenidos como detenidas, así mismo supervisar el comportamiento de los criados en sus nuevos empleos, con el fin de que sus labores sean hechas con total sumisión, y el maltrato hacia ellas no parece haberles preocupado, no veían en ellas más que sirvientas potenciales.

Pequeñas aspirantes a presidio: menores delincuentes y reformatorios en Lima 1900 – 1930

Por el transcurrir del tiempo podemos darnos cuenta cómo ha cambiado la crianza educación y socialización de los niños y adolescentes el papel subordinado dentro de la familia y sus necesidades emocionales, eran raramente mencionados.

Pero para finales de siglo sus necesidades y bienestar pasa a ser parte de opiniones legales, tanto políticas como de diarios, obras de teatro, debates; se puede notar que el rol de los niños y adolescentes era la cultura del come y calla o fuertemente autoritaria, que se retrotrae hasta la colonia para el acatamiento y obediencia, así mismo no debían participar en conversaciones, decisiones de adultos, el ser obedientes y recatados era señal de buena conducta, así los maestros, eran los encargados de distribuirles la cultura de la obediencia, respeto por las normas, de esta manera la mala conducta o la desobediencia era castigada con azotes, reclusión en calabozos, eran llevados a ejecuciones públicas, con el fin de escarmentarlos, se le infringía castigo, a la vez que se le daba clases sobre vicios y crímenes y a lo que estos vicios conducen.

La frase de la letra con sangre entra, resulta una frase recurrente hasta hace poco, al punto de comparar las escuelas con pequeños cuarteles, los castigos impartidos eran los de permanecer de rodillas, la de la palmeta, azotes como la que se aplicaba tanto sobre la ropa como sin ella, un claro ejemplo de la frase al rincón quita calzón.

El problema de los jóvenes delincuentes

En 1863 se establecía que los menores de 9 a 15 años estaban exentos de responsabilidad criminal, mientras que los menores de 16 años serian tratados con las mismas penas que los adultos, el fin era de enviar a rateros y delincuentes a centros de reclusión de adultos, la intendencia de policía y la cárcel de Guadalupe, lugares aptos para interactuar con adultos delincuentes lo que no contribuiría en nada a su regeneración.

En 1870 en el gobierno de Manuel Pardo, se dicto normas en las cuales, los menores de edad encontrados en la calle vagando serian llevados a la escuela de grumetes, a la escuela de cabos, o a la escuela de agricultura, de esta manera se proveía hasta 400 menores para el ejército y la marina; esta preocupación del que hacer con los jóvenes delincuentes respondía a nuevos modelos penales.

Tal es el caso del reformatorio que siguió el modelo de Walter Croftón, Irlanda, el modelo irlandés; y Alexander Monochio, Australia, sistema de marcas, en donde los presos reciben marcas según el buen comportamiento que presenten, con el fin de resumirle la condena, la intención del reformatorio era la de reformar, por lo mismo debería recrear un ambiente del hogar del recluso y ubicarse en el campo.

La escuela correccional de menores

Inaugurado en 1902, allí debería llegar menores llevados por la policía, sus padres, o apoderados, patrones que ocultaban la servidumbre, con una estadía de 2 a 3 años, las labores a realizar serian 4 horas de estudio, 4 horas laborando en talleres de carpintería, mecánica, zapatería, sastrería, etc. Así mismo la desobediencia, el desorden y la holgazanería, indisciplina, serian castigados conforme a la gravedad.

La escuela empieza sus labores con 94 menores, y otras solicitudes denegadas por la falta de espacio, para el año de 1903 eran 96, de los cuales 58 llevo la policía y 38 padres y apoderados al cabo de 2 años estos menores podían salir siempre y cuando demuestren estar regenerados.

En el año de 1905 se agrego una cárcel de menores sentenciados allí eran puestos los “depositados” internos cuyo mantenimiento corría por cuenta de familias acusados por raterías, vagancia, pederastia, desobediencia, consumo de alcohol, conducta inmoral, otros podían recurrir por insolvencia económica, por ser de familias pobres, otros casos en que los patrones internaban a los hijos de sus sirvientes, con el fin de librarlos de preocupaciones, así como casos de menores que no tenían ningún parentesco o derechos legal sobre ellos pero que la policía aceptaba siempre y cuando este de por medio algún soborno.

Las tareas a realizar se vieron afectadas por continuos cambios de personal, el ingreso de nuevos internos, la mayoría de ellos eran analfabetos, así los instructores deberían cumplir su labor como docentes, vigilantes y guardias, para ellos eran arduas y continuas horas de servicio.

En el año de 1908 se produjo un violento incidente en donde José Vega “Preferente”, quien desarmo sus zapatos por negársele unos nuevos, como modelo de castigo se tomo aquel que decía que debería llevar consigo el castigo, que implicaba la imposición de marcas, señales o prendas que lo sindiquen, pero el menor se negaba a llevar consigo el castigo, de esta manera que durante la comida, el regente obligo a cumplir con el mencionado castigo, y con altanería decidió darle 6 palmetazos, al pedirle la mano al menor, este le asesto un puñal que le provoco una herida superficial en el costado izquierdo, este suceso llegó a oídos del director, quien ordeno la formación de los internos en el patio, al reprender a “Preferente”, otro interno, Manuel Espinoza, ”Papa Serrana”, ataco al regente, quien le asesto dos bofetadas, desencadenándose una revuelta, atacaron a maestros y soldados, el resultado fue varios heridos y la huida de 4 internos.

Este hecho implico una serie de medidas en las cuales autoridades, patrones y tutores, vieron en este recinto una fábrica de futuros delincuentes, en un escenario de violencia y desorden; las medidas tomadas fueron las de abandonar el recinto y remplazarla la escuela correccional por una escuela agrícola industrial que debería funcionar en un local más apropiado, de esta manera se removería una institución que creaba más problemas de los que resolvía

La granja escuela de surco

Fue inaugurada en el año de 1918 y rebautizada con el nombre de Reformatorio de Menores de Surco para entonces un lugar aun rural, con presencia de chacras y haciendas.

Para el año de 1926, había en el interior 184 menores, 24 por vagancia, 25 por rateros, 12 por peligro moral, 19 por incorregibles y 45 figuraban como “desconocido”.

Pese a todos los esfuerzos de proteger a los internos, por parte de entidades como la Sociedad Juventud Obrera, Sociedad Especial del Patronato de Menores, en el año de 1925, eran 178 internos, 42 de ellos dormían en el suelo, una de las preocupaciones no fue su educación tal es así que ingresaban y permanecían analfabetos, y la preocupación fue más por el trabajo agrícola que deberían realizar.

Para el año de 1928, eran 238 menores, todos afrontaban condiciones de total abandono, necesidades de ropa, atención médica, etc. Así también El Consejo Local del Patronato, informo que no contaban con documentos legales, que certifiquen la presencia de estos menores en el recinto.

Por ese mismo año un grupo de médicos higienistas, visito las instalaciones, dando a conocer que viven entre los detritus del suelo y telarañas, con una vida insalubre y la falta de higiene, que según la institución, el único camino hacia su regeneración; en palabras de un testigo se había convertido en una interminable orgia, de esta manera los responsables eran sindicados de abusos, corrupción, y maltrato, con frecuencia llegaban ebrios o simplemente no llegaban a laborar.

Además los menores eran sometidos una explotación moral, con la justificación de enseñarles a ser laboriosos, y de oficios útiles, y empezó a entregar menores a las haciendas, como mano de obra barata.

Tal es el caso de Amadeo del Solar, dueño de la Asociación Agrícola Esquivel, quien consiguió que la institución le entregara 30 menores, comprometiéndose a pagarles el jornal del día, darles comida, ropa, y al menos 1 hora de educación; la falta de documentos hace pensar que tales compromisos no se cumplían, además que gran parte de estos contratos eran ilegales, siendo beneficiados contratistas privados y administradores de la granja escuela.

La violencia infringida hacia los menores, con la escusa de reformarlos y corregirlos, además de castigos como rapado, alimento a media ración, y disciplina que se otorgaba con terror y con castigos corporales y agresiones similares a la de los adultos.

Otra visita a las instalaciones la realizo , la asociación nacional de higienistas, que llego para investigar el contagio de la malaria, quienes encontraron a un niño encerrado en una celda oscura, un empleado meritorio fue expulsado al comprobarse que aplicaba castigos en el rostro con una correa, y permanecer de rodillas en alfombras de piedras; los mismos internos denunciaron que habían castigado a 4 menores arrodillados con vasos con agua en la cabeza, brazos extendidos y brindándoles puntapiés; pero lo peor es que hizo dormir a dos de ellos diciéndoles “diviértanse bien esta noche”.

Otras instituciones como esta, quedaban a la dirección de oficiales militares, con una actitud incluyente a la a la severidad y el despotismo, pero con la escusa de implantar valores masculinos tales como violencia, trampas, robos, abusos sexuales contra internos vulnerables.

Tal situación es quizás la de nuestros días, en donde las personas que transgreden de alguna manera una norma son tratadas con el más cruel de los tratos, se les invisibiliza tanto que ya no importa los golpes que se les propinen o si con ellos llegasen a matarlos, como decía la patrona de Ramona denles duro que no sienten, debemos tener presente que como nosotros son seres humanos y también sienten, comen, lloran y sufren, pero quizás la receta este en que tengamos a un solo pariente en una cárcel, o que haya transgredido una norma para recién poder decir no a los maltratos hacia los reos o a la pena de muerte.